No hay que tirar la toalla
“k ase” ( ¿cómo estás?)
“aki de tic toc” ( aquí, viendo videos de tic-toc)
“ y tu” ( ¿ y tu? )
“na tiro palla, vale” ( nada en particular. Salgo para allá, ¿vale? )
Esta interesante y enriquecedora comunicación entre dos personas, sacada de una conversación de Whatsapp, no es más que una pequeña muestra de lo que se cuece en las redes cada centésima de segundo ( más o menos).
He querido a traer este tema a colación dado el desalentador y demoledor informe del Programa Internacional para la Evaluación de las Competencias de la Población Adulta (PIACC) de la OCDE, en el que se nos sitúa a la cola de Europa en comprensión lectora, algo que visto el ejemplo mostrado más arriba a uno no le extraña en absoluto: palabras a medio escribir y terribles faltas de ortografía y de puntuación.
Y claro, de aquellos barros estos lodos, que resulta que en los últimos diez años lejos de mejorar hemos empeorado. Si nos acostumbramos a escribir y a leer como se describe en ese whatsapp ( seguramente con la intención de ir más rápido – ahora todo va muy rápido), al final, cuando nos acabamos encontrando con frases correctamente escritas, pues eso, que ni idea de lo que se lee.
Decía que es desalentador comprobar que en cuanto se le va a uno un poco la mano en el nivel de la escritura hay muchas personas que se acaban aburriendo y abandonan el texto en cuestión: no entienden nada.
Pero no estamos tan mal en todo, seamos optimistas.
En otro informe, este a nivel mundial, resulta que somos el país del mundo con mayor número de bares y restaurantes: 184.000. Ahí ganamos por goleada, que leer a lo mejor no, pero a conversar en los bares no hay quien nos gane. Y alguien puede estar pensando qué tiene que ver una cosa con la otra, y puede que lleve razón, pero si lo comparamos con el número, por citar un ejemplo, de bibliotecas, o de librerías, el resultado es absolutamente descorazonador.
Que digo yo que quizás deberían poner bares en las librerías, o libros en los bares y restaurantes, o sencillamente ser capaces de compaginar ambas cosas en una proporción adecuada. Lo he comprobado y no es tan difícil.
Servidor por si acaso no tira la toalla y continuará escribiendo las palabras con todas sus letras y las frases con sus correspondientes puntuaciones. Y lo haré tranquilamente en mi casa…o en la barra de cualquier bar.
Jl Pinto
Caminito
Sentada en la vieja butaca, asomada al mundo mínimo, rectangular y reducido que le regala la ventana, despeja una lágrima traicionera de sus ojos mientras oye a Carlos Gardel, “Caminito”, ese es el título de la copla que interpreta el inolvidable cantante. Pero no es por ese cantar, que le devuelve al recuerdo dormido de los tiempos, por lo que se desborda el lago cristalino de sus ojos, no, es por la errónea cábala de una mala cabeza , la suya. Cosas de la juventud. Aunque a veces piense que en realidad nunca fue joven, sobre a todo a partir aquella maldita decisión. Eran otros tiempos, claro que lo eran, y él, sin futuro, sin oficio ni beneficio… una mano delante y otra detrás. Eso sí, amor, mucho amor, pero del amor no se come. Bastante necesidad había pasado ya desde que tuvo uso de razón. Y le dijo que lo sentía, pero que no era esa la vida que soñaba. Lo dejó, lo echó. La vida también está llena de sueños, de regalos. Eso es lo que ella quería.
Y el destino, que tiene a veces sed de venganza, la tomó con ella. Una vida triste y solitaria fue lo que le regaló. Y nunca más volvió a sonreír en su vida. “Caminito que el tiempo ha borrado, que juntos un día nos viste pasar…desde que se fue, triste vivo yo…”, que belleza y crueldad la letra de esa canción.
JL Pinto
La ejemplaridad comienza por abajo
Leo con estupor y cierta dosis de decepción, la condena a una alumna de la Universidad Autónoma de Madrid por manipular un examen. En el futuro va a ser médica. Esperemos que corrija el error y finalmente lo consiga, y de manera legal.
Ha hecho trampas; ha sido “pillada”; ha insistido en el fraude manteniendo una versión que por lo que se ve no se sostenía, y ante tanta insistencia, al final la pena a pagar es ejemplar: ocho meses de prisión y 1.440 euros de multa.
“Entonces si me llegan a pillar con las chuletas – que ni en una carnicería – en aquel examen imposible de latín…En fin, aparco mis reflexiones”.
Bien, que tomen nota aquellas o aquellos que, ante un momento de frustración o debilidad, intenten hacer algo parecido. A la vista queda que la culpa a expiar es elevada. Desconozco si además la pena lleva acarreada alguna mancha imborrable en su expediente académico. El otro, el social, ya lo tiene de por vida.
Pero una vez analizado el caso, a servidor se le viene a la cabeza la cantidad de trampas que se les han detectado a determinados políticos – másteres y otras titulaciones falsificadas, cuando no sospechosamente obtenidas o sencillamente sin terminar, alegando cuando son vergonzosamente descubiertos, «simples errores” curriculares» – , y no recuerdo que hayan sido condenados con la cárcel. A lo más que hemos llegado es a presenciar un aluvión de reprobaciones ( lógicas por otra parte), amenazas e insultos, a los que, lamentablemente, nos tienen ya acostumbrados, para luego, después de tanto rasgado de vestiduras, – que a uno le recuerda el teatro al que tanto ama, pero en el caso de sus señorías impostado y muy mal interpretado –, todo volver a la normalidad. Y ahí continúan alguno que otro, u otra, “sirviendo” a los ciudadanos con la pulcritud y la limpieza que se les supone inherente al cargo.
Está bien eso de comenzar dando ejemplo desde la base. No se pueden consentir determinados comportamientos, pero lo más sonrojante, lo que más incredulidad me provoca, son aquellos otros actos ,verdaderamente criminales, que nunca se condenan. La ley de la proporcionalidad creo que, en este caso, ha sido brutalmente obviada.
«Peppa Pig» en la Semana Santa
Nuestra Semana Santa nos presenta escenas absolutamente insólitas, algunas de ellas cargadas de verdadero simbolismo, al menos desde mi punto de vista.
Sucedió ayer. La noche se mostraba cómplice con los brillantes y fervorosos cortejos procesionales de Lunes Santo malagueño. La ciudad se mostraba más acogedora que nunca, tanto, que apenas cabían más personas en el recorrido oficial; eso sin entrar a valorar las riadas humanas que transitaban por el casco histórico a la “caza” de cualquiera de las cofradías que serpenteaban por sus calles.
Y en medio de aquel “bulle bulle” humano, entre las sillas más cercanas al paso procesional, emergió de pronto un simpático globo emulando la figura de la mundialmente conocida “Peppa Pig”, delicia de los más pequeños de todo el planeta. Estaba claro que no se quería perder lo que allí sucedía.
Lo que al principio me pareció una imagen impostada en medio de tanto penitente, tanto cirio y nubes de incienso, me dejó vislumbrar lo que realmente sucedía: una niña pequeña miraba absorta el transitar de los nazarenos, tocándoles tímidamente las túnicas, con curiosidad y cierta dosis de respeto, como si de verdaderos dioses se trataran, mientras se olvidaba de sostener en sus manos su globo. Sus padres, precavidos, lo habían atado de la cuerda que lo sujetaba a la silla donde la pequeña se encontraba sentada y procuraban ocultarlo a la vista del respetable, tirando de él hacia abajo. Pero “Peppa” continuaba ahí, asomando una y otra vez, queriendo unirse al momento que disfrutaba su amiguita.
Y ahí estaban las dos: la pequeña y “Peppa” compartiendo un presumible sueño: portando uno de aquellos majestuosos cirios vistiendo la túnica de nazareno. Penitentes de la Semana Santa de Málaga.
A modo de telegrama
Urgente. Urgente.
Mahsa Amini. Irani, de origen kurdo. 22 años. Brutalmente asesinada por policía. V.O. (sin subtítulos): muerte por paro cardíaco. Motivo: llevar mal puesto el velo sobre su cabeza. Sacerdotes medievales reprimiendo todo un país. Miles de mujeres dicen basta. Las calles tomadas. Más represión. Los hombres, por primera vez, junto a ellas. Tímidamente. Ellas jugándose la vida se cortan mechones de pelos. Los muestran orgullosas como trofeos de caza. Su propia caza. Velos quemados en la vía pública. Hiyab lanzados al aire. Habrá mas muerte. Seguro. Pero no hay marcha atrás. Arrojadas, valientes. Mujeres en Irán. (Pero podría suceder en cualquier otra parte del mundo)
Jl Pinto
La empresa
Recuerdo que aquel día estaban todos. Una gran expectación había surgido en la “empresa”. En teoría eran los idóneos para hacerla llegar a lo más alto y garantizar el futuro de todos los empleados, fuese cual fuese su departamento.
Al poco de realizar las primeras presentaciones, comencé a advertir las primeras miradas desconfiadas, a pesar de ser compañeros y tener un único objetivo: la empresa.
El departamento de logística se había apuntado un gran tanto con el nuevo enfoque para la distribución y recepción de material, algo que lejos de agradar al compañero de financiación le puso de inmediato en guardia. “El muy ca…. No me ha dicho nada. Ahora me veo obligado a modificar la base presupuestaria. Esto no le va a gustar al gran jefe. Me va a hacer quedar mal..” pensaba malhumorado.
“¿Estas seguro de que cuentas con superficie suficiente para llevar a cabo tu propuesta?”, preguntó irónico dejando desconcertado al de logística, lo que hizo que de inmediato el resto de los reunidos se cruzaran miradas malintencionadas. “Lo tiene cogido con alfileres. El proyecto acaba de morir..”.
Lógicamente, después de ese varapalo, no volvió a intervenir en lo que quedó de reunión.
Luego, durante un descanso para tomar un café, los de desarrollo comentaron, entre pasillos, los nuevos productos que iban a presentar a continuación. “Van a ser la bomba. Ya lo veréis..” , se mostraban eufóricos, ilusionados. Pero nadie sabe cómo, no habían terminado de realizar su también excelente presentación, cuando otro de los departamentos implicados, el de diseño, intervino: “ No estoy seguro al cien por cien, pero ese producto creo que ya está en el mercado…”, dijo, sin aportar ningún tipo de documentación o prueba de su existencia.
Lógicamente, ante estos hechos, el consejo de dirección decidió que no era el momento de actuar y que serian emplazados para una nueva reunión más adelante.
Sucedió que la empresa continuó agudizando su crisis y las carencias que ya tenía. Ahora se encuentra en plena huelga, con un 50% de la plantilla en ERTE y sin encontrar salida alguna.
Menos mal que ahí siguen los de la “junta directiva” para buscar nuevas soluciones.
¡Ah! lo olvidaba, el nombre de la empresa es ESPAÑA, y a los de la “junta directiva” los llaman POLÍTICOS.
Hasta la próxima reunión.
JL Pinto
Todo fue oscuridad
Ha sucedido en París, empero me temo que podría haber ocurrido en cualquier lugar de este vasto planeta; en cualquiera de esas multitudinarias, bulliciosas y populares ciudades habitadas en casi todos los casos por millones de almas. ¿Almas?
Pero, como decía, ha sido en París, la ciudad de la luz, que cuando se produjo el hecho debía estar sumida en la más profundas de las oscuridades. A pesar de que tan solo eran poco más de las nueve de la noche.
René Robert, fotógrafo enamorado toda su vida del flamenco, al que le dio impulso a su modo fotografiando a figuras como Camarón o Paco de Lucia, entre muchos otros. Una vida entre bambalinas y búsqueda de recursos de luz, de ángulos, para regalarnos su arte. Así hasta los 84 años.
Y fue hace tan solo unos días cuando en un mal tropiezo cayo de bruces en el suelo. En una tarde-noche de gélido frío parisino. Más frío que nunca. Y ahí estuvo, inmóvil, como cualquiera de sus muchas instantáneas, sin que nadie se molestase en preguntarle que le sucedía. La gente miraba insensible el momento y continuaba su camino. Hasta las seis y media de la madrugada. Tuvo que ser un mendigo, un indigente, un hombre de la calle, el que acudiese en su auxilio. Pero ya era tarde. El frío suelo de cualquier calle anónima se lo llevó por delante. O quizás la inacción de la cantidad de gente que pasó por su lado y no se molestó en saber que le podía haber ocurrido a aquel hombre. Ahí, tirado en la acera.
Y París perdió la luz. Todo fue oscuridad. Pero por desgracia ya es agua pasada…
JL Pinto