Vox populi, Vox Dei

Cuarenta y ocho horas después de las elecciones celebradas en Andalucía, y cuando todavía dos señoras y  un caballero andan hurgándose en bolsos y bolsillos buscándose la cartera – esa que están seguros que les ha sido robada- , creo que, como andaluz que soy y consumidor compulsivo de SC ( léase Sentido Común), les voy a enviar un recado a las susodichas señoras y al tal caballero  con la única y sana intención de ayudarles a aclararse y de paso aliviarles tanta desazón.

Me parece increíble que anden dándole vueltas y mas vueltas, lanzando excusas peregrinas, sobre el descalabro del PSOE, PP y un tanto menos AA, padecido en las elecciones y la sorpresiva aparición, como elefante por cacharrería, de VOX. De todos ellos el más sorprendido e indignado, el PSOE: que si es increíble el apoyo tan amplio a un partido antidemocrático ¿?¿?, que si la culpa la han tenido los del PP que les han dado vida; que si la culpa es del cardenal de Ohio, que si la culpa… Que no, señoras y señores, que no. La culpa es de la desilusión tan grande que han generado en el aburrido, políticamente hablando, pueblo español. Y en Andalucía no iba a ser menos. La abstención tan bestial se ha debido a algo ¿o no? Pues eso, que cansados de política de guiñol, de mangoneos, mangueos y otros mamoneos, ya nos hemos agotado, y mucha a gente ha decidido coger por la calle de en medio – libertad de voto, menos mal –  y han decidido votar a aquella formación que sabían que más iba a desconcertar a la peña. Y lo han conseguido. Nada absolutamente que objetar. Sí, vale, también muchos les han votado por pura ideología, pero los menos, seguro.

El caso es que lejos de reconocer que este batacazo se debe a un desgaste descomunal, a una política estancada , a un electorado clientelista en muchos casos, lejos de querer reconocer lo que ha sucedido, unos (PSOE sobre todo) y otros (PP, aunque si finalmente Juanma Moreno sale como Presidente todo quedará en miel sobre hojuelas) y AA, aunque algo menos), siguen sin hacer una sola autocrítica. Y eso les va a llevar a la perdición. Lo he dicho en más de una ocasión y me reitero en que muchos de estos señores y señoras, aquí y rozando Portugal y los Pirineos, se piensan que somos tontos o algo peor. Y están muy pero que muy equivocados. Al final lo que cuenta es esta máxima:

Vox populi, vox Dei. Amén.

JL Pinto

Vox populi, Vox Dei

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