Gracias, reina

Sssh, chicas, ¿estáis ahí? Vamos, parad un poquito de vuestros quehaceres, que os traigo una información de la máxima importancia para todas. Y vosotros, colegas masculinos, al loro también por si os da un subidón y queréis homenajear a vuestra pareja. 

Resulta que en una reciente entrevista, la reina Isabel II de Inglaterra,  ha manifestado, a modo de aviso a navegantas (esa palabra no existe pero me da la gana): “los riesgos tan importantes que conllevan llevar corona “.

Entre otras cosas recomienda que si por casualidad la llevas puesta a la hora, por ejemplo, de leer un discurso, levantes los brazos, pero nunca, nunca, bajes la cabeza. ¿Por qué?, porque se te puede romper el cuello. Sin exageraciones.

Ella solo la usa en ceremonias muy especiales (nunca en cocteles y otros saraos más o menos alcohólicos, ni por supuesto para el té de las cinco). Imagino que sucederá lo mismo para cambiar los pañales al crío o para pedalear haciendo spinning. 

La señora, para evitar cualquier tipo de suspicacias sobre posibles exageraciones,- que los británicos pueden ser hijos de muchas cosas pero nunca de exageraciones- nos aclara que la de ella, llamada Imperial de Estado, cuenta con 2866 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, centenares de perlas y un gran rubí… vamos, que ríete tu de las joyerías de Cartier, Tifani , Bulgari y otras vulgaridades por el estilo. Y claro, tanta piedra, pues eso, que hacen que sea más pesada que unas migas con churros.

Que detalle el de la reina y sus sabios consejos. Ahora ya me explico porque cuando vais por la calle  jamás os he visto con una de estas coronas. Vosotras ya lo sabíais y la dejáis siempre en casa, junto a los bolsos y las cajas de zapatos. Si es que la española cuando sabe es que sabe de verdad, y ya habéis nacido aprendidas.

A ver si un día de estos, en otro derroche de sabiduría y de generosidad, la reina nos explica cómo llegar a final de mes sin sufrir sobresaltos. Seguro que tiene mucho que contarnos.

Mientras tanto solo podemos agradecerle el detalle y aguardar con impaciencia un nuevo consejo.  Entre nosotros, y de maneras coloquial quiero manifestarle que es muy “apaña”.  Gracias reina.

 J.L. Pinto 

 

Gracias, reina

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